Emociones, Familia, Papás, Peques
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Amor y respeto a nuestros niños es lo que en verdad importa

Por Cintia Martínez, Psicóloga Infantil.

El confinamiento y las recomendaciones de sana distancia de estas últimas semanas, nos han orillado a buscar nuevas formas de convivencia y puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación, y el ámbito familiar no ha escapado de ello.

Pero entre el caos que puede implicar reajustar nuestro estilo de vida a las condiciones de la actualidad, también surgen posibilidades de fortalecer vínculos afectivos más sanos y estrechos en la relación padres e hijos. 

Por supuesto, llevar a cabo una comunicación asertiva en casa no es cosa de un día; es necesario poner en práctica elementos importantes como la escucha activa, facilitarles a nuestros pequeños la oportunidad de expresarse para sentirse comprendidos, el reconocimiento y validación de sus emociones, el trabajo colectivo y la empatía, que es la habilidad que podemos desarrollar para comprender y reconocer lo que siente la otra persona. 

Estos aspectos son necesarios a la hora de relacionarnos con las niñas y niños, puesto que también tienen muchas preguntas respecto a lo que está pasando actualmente. Por ello, es necesario hacerlos participes en las acciones ante la contingencia y explicarles porqué es necesario cuidarnos. 

Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com

Respeto como norma inquebrantable

El trato que se debe mantener con los niños y las niñas, en confinamiento o no, debe ser basado en el respeto mutuo. Y es que en ocasiones, papá o mamá, recurren a técnicas poco asertivas como métodos de disciplina en casa, y se llega a confundir el establecimiento de normas y límites con conductas violentas para “corregir” sus acciones. 

Es importante recalcar que cualquier acción u omisión que atente contra la integridad física o psicológica de las niñas y niños es un acto de violencia, misma que se va normalizando en ellas y ellos al interiorizar las formas de convivencia dentro de la familia, para posteriormente reproducirlas en otras áreas de desarrollo.

Las personas adultas somos un modelo a seguir para las niñas y los niños, y un entorno en donde existe la violencia va a propiciar a que aprendan y repitan modelos de conducta igual de violentos. Es por ello que fomentar valores es esencial para establecer normas adecuadas de convivencia, así como ser conscientes al momento de hablar y actuar, pues en la etapa infantil existe mayor vulnerabilidad al medio que los rodea. 

Evitemos caer en estos errores

El estilo de crianza que adoptan las figuras parentales en casa tiene mucho que ver con los factores que existen en nuestro entorno. El aspecto social y cultural, que trae consigo patrones que se van heredando de generación en generación, influye en gran medida en cómo nos comunicamos con los más pequeños, es por eso que permitir nuevas formas de relacionarse en casa es fundamental para construir nuevas maneras de convivir. 

Habitualmente mamá y papá esperan que sus hijas e hijos se comporten como personas adultas, que sepan lo que tienen que hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo, pero olvidamos que son personas en desarrollo y que es fundamental guiarles en las tareas que van aprendiendo en la vida diaria, pues la manera en cómo afrontan un nuevo reto dependerá mucho de los recursos que se hayan proporcionado en casa.

Pensar que no se dan cuenta de lo que pasa en su entorno es uno de los principales errores que cometemos, pues nuestro lenguaje verbal y corporal transmite información que les puede resultar desconcertante. Los medios de comunicación y redes sociales constantemente nos saturan de noticias sobre COVID-19 –aunado a que sus rutinas se han visto afectadas por la contingencia–, y eso puede ser agobiante también para ellos, así que explicarles en un lenguaje apto para su entendimiento los ayudará a asimilar lo que sucede a su alrededor.

Otra cosa que ocurre con frecuencia es que, ante estas nuevas formas de llevar nuestro día a día, nos tomamos mucho tiempo pensando en cuál es la siguiente actividad por hacer y nos olvidamos de algo fundamental, que es el regresar a nosotras y nosotros mismos, permitirnos experimentar diferentes emociones y sensaciones; recordar que en la medida en que papá y mamá se cuidan a sí mismos también están cuidando de sus hijos e hijas.

En ocasiones, el nivel de exigencia para con ellas y ellos limita sus intereses y genera poca seguridad en sí mismos. Ser flexibles y permitir que cometan errores contribuirá a su capacidad para tolerar la frustración. Hacerles observaciones asertivas sobre sus debilidades y alentarlos a que vuelvan a intentar algo que anteriormente no les había resultado como esperaban, formará un autoconcepto capaz de resolver sus dificultades. 

Photo by Jessica West on Pexels.com

Una oportunidad de conectar con sus emociones

Estos momentos en los que la vida nos llevó a estar más tiempo en casa con ellos, son ideales para conocer cuáles son sus gustos, miedos, preocupaciones, para desarrollar nuevas habilidades y descubrir nuevos intereses. Puede ser una gran oportunidad para acercarnos, reconocer y validar lo que piensan, y sienten y agradecer por lo que tienen y también por lo que no tienen. 

No olvidemos que el ritmo de vida de un niño es diferente al de una persona adulta. Actualmente las exigencias que se les impone en su rutina pueden llegan a ser estresantes, es por eso que debemos ser flexibles a la hora de generar una plan de actividades en casa, y recordar que necesitan tiempo para descubrir, crear, experimentar nuevas formas de desarrollarse por medio de lo que mejor saben hacer: jugar.

Por otro lado, darle forma y estructura a sus actividades diarias va a generar hábitos saludables. Los hábitos están íntimamente relacionados con la capacidad de concentrarse, es por ello que si en casa o en la escuela existen dificultades para terminar tareas o seguir consignas, mantener una rutina o plan de actividades concretas puede favorecer en la calidad de sus tareas diarias, así como tener la capacidad de autorregularse e ignorar distractores del entorno.

Otro punto importante es hacerles partícipes en las labores dentro de casa, pues esto genera el compromiso y la colectividad entre los miembros del sistema familiar. En ocasiones, papá o mamá se desesperan al ver que el niño o la niña no acaba de forma rápida sus actividades y terminan haciéndolo por ellas y ellos, sin darles oportunidad de que lo ejecuten de forma independiente; por ello es bueno dejarlos hacer algunas actividades como recoger juguetes, acomodar su ropa, vestirse, ordenar sus libros, regar las plantas, etc. Permitan que sus hijos desarrollen un pensamiento creativo y de responsabilidad, pues eso los ayudará en la resolución de conflictos futuros. 

Para finalizar, quiero sugerir algunas recomendaciones para promover, en sus hijas e hijos, el autocontrol, el orden y la colaboración sin tantas dificultades dentro de casa: 

1. Darse tiempo para conocer al niño o la niña ayudará a hacer un plan de actividades adaptado a sus necesidades. Identificar qué tareas son más sencillas de realizar y cuales no, ayudará a reforzar aquellas áreas en las que necesitan más atención.

2. Es importante establecer un periodo de tiempo para cada actividad. Las pausas entre cada una de ellas debe ser un elemento básico si se quiere generar una rutina diaria en casa; el cerebro tiene la capacidad de retener la atención por ciertos periodos de tiempo, por lo que es indispensable hacer descansos entre cada tarea.  Estas actividades pueden ser plasmadas en una tabla, en donde el niño o la niña puedan visualizar su progreso y marcar los objetivos alcanzados. Hay que reforzar los mismos por medio del reconocimiento para motivarles con la realización de las demás tareas. 

3. En estos días, con las nuevas modalidades de tomar clases –como las videollamadas–, los ruidos del exterior, los dispositivos electrónicos, los otros miembros de la familia en casa y demás distractores, toda parece un caos. Si bien la educación a distancia se ha convertido en una tarea difícil de llevar acabo, hay que estar conscientes que no es algo imposible de hacer. Asignen un espacio limpio y ordenado para la realización de sus actividades. Un lugar libre de distracciones favorecerá la concentración y al orden de sus ideas. 

4. Mantener horarios para dormir y despertar ayudará a que puedan tener un rendimiento adecuado, ya que el cansancio no es un buen aliado si queremos fortalecer hábitos. Por otro lado, esto contribuirá a que no carguemos con un problema cuando las actividades escolares vuelvan a la normalidad. 

5. La alimentación es tan importante como el descanso, así que debemos proporcionarles alimentos que nutran a su organismo y evitar azúcares o procesados que puedan sobreestimular o reducir la actividad diaria de las niñas y niños. 

6. Realicen ejercicios de meditación y relajación. Llevar la atención al momento presente calmará sus inquietudes, reducirá los niveles de ansiedad y traerá consigo calma. Ir integrando herramientas que permitan a niños y niñas a regular sus emociones ayudará significativamente en la expresión de las mismas; éstas pueden ser desde contar un cuento en un entorno tranquilo, sentir las sensaciones del cuerpo, hasta dirigir el control de la respiración. Incluir estos ejercicios desde la niñez fomentará el autocuidado y la consciencia de su propio cuerpo.

7. Realicen actividades lúdicas, porque no todo es escuela y responsabilidades dentro de casa. Es importante el juego libre en las niñas y niños, por eso hay que permitirles que realicen las actividades que más les gusten: pintar, dibujar, leer cuentos, bailar, cantar, disfrutar de su comida favorita, tener una tarde de películas, crear historias e inventar sus propios personajes, dejar que echen andar la imaginación. 

Photo by cottonbro on Pexels.com

Hay que recordar que las niñas y los niños son personas en desarrollo, aprenden de su entorno y de lo que observan en casa, por eso su estabilidad emocional dependerá en gran medida en cómo sus cuidadores se expresan y manejan los conflictos. Las figuras parentales fungen un factor primordial en el desarrollo emocional y conductual de las y los hijos, pues es en este sistema en donde adquieren sus primeros aprendizajes significativos y habilidades para la vida. 

Contacto: psic.cmm@gmail.com

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