Por Debbie Molina
Los cursos de verano siempre han sido una gran alternativa de aprendizaje y entretenimiento, pues les permiten a nuestros niños adquirir o reforzar habilidades mientras liberan estrés y conviven con otros amigos, fuera de su dinámica diaria. Pero en la actualidad, con la pandemia, muchas cosas cambiaron. Si bien algunas instituciones los siguen ofreciendo bajo estrictas medidas de higiene, muchos papás y mamás han optado por la opción en línea, por ser más segura, aunque quizás se sacrifiquen algunos de los beneficios de hacerlo de forma presencial.

En un curso presencial:
– Se da continuidad a la dinámica de aprendizaje escolarizado que los niños llevan durante el periodo escolar.
– Se cubren diferentes objetivos, como actividades deportivas, lúdicas o artísticas, siempre en un ambiente educativo aunque con un corte relajado, donde el objetivo principal es que los niños se diviertan y aprendan.
– Se desarrolla alguna habilidad específica o se cubre una necesidad, ya sea de los niños o de las familias completas.
En el caso de los cursos en línea:
– No hay fronteras, se puede contratar un curso en cualquier parte del mundo y así aprender nuevos idiomas, música diversa, etcétera, lo cual nos da la oportunidad de abrirnos al mundo.
– El trato es personalizado, porque normalmente la mamá o el papá llevan a cabo el acompañamiento.
En ambos se promueve la rutina y la estructura.

La coordinadora de preescolar y licenciada en Educación Especial, Rosel Guerrero Sobrino, quien en este verano lleva a cabo cursos de verano de forma virtual, nos dice que el aprendizaje entre el presencial y en línea es distinto, pero en ambos casos es muy importante: “el contacto directo hace la gran diferencia. En un curso en línea el trabajo es solitario, los participantes no se percatan de lo que hacen los demás ni de lo que comentan. En el presencial, los niños aprenden de sus iguales, comparten juegos y socializan, y eso les da una gran experiencia.
Pero cualquiera que sea la modalidad, todos los conocimientos obtenidos son una ganancia. En el caso de los cursos en línea, la pedagoga Rosel Guerrero señala que estos tienen como objetivo cubrir necesidades actuales e intereses de los niños y las familias: «al existir mucha competencia, las instituciones buscamos ofrecer algo diferente pero que sea funcional para la dinámica familiar».
En la etapa preescolar el mayor reto es llamar la atención de los niños y hacer actividades que los atrapen, aunque es un hecho que en casa no se tiene la variedad de material didáctico de la escuela o institución. “Las maestras debemos ser muy creativas en la planeación de las estrategias pedagógicas que guíen a las mamás y que permitan ejecutarlas a los niños, y eso es todo un reto”. El límite de tiempo recomendado son 3 horas frente a un dispositivo móvil, no más, hasta los 12 años.
¿Y ustedes cómo la están pasando este verano 2020 con los niños? La opción que hayan elegido, o permanecer con ellos sin actividades adicionales, está bien, lo importante es mantener motivados e interesados a los chicos en el conocimiento y fomentar la práctica de ejercicio físico.