“Cuando no tienes nada que perder, saltas. Y cuando ya lo has perdido, vuelas. Así de simple”.
– Miguel Gane.
Mart Castillo es una mujer a la que “problema que se le presenta, solución que encuentra”. Ella no se calla y alza la voz si algo no le gusta. Lo resuelve, pues.
Estudió Comunicación con especialidad en Publicidad, como alternativa a su sueño de estudiar Actuación, carrera que no pudo seguir. Aunque tuvo la oportunidad de trabajar en una de las agencias más importantes de publicidad en México –BBDO–, siempre pensó que le hacía falta algo.
Cuando se convirtió en mamá, al tratar de combinar ambas tareas, se enfrentó a cierta discriminación, al grado de que la dejaron de considerar para algunos proyectos grandes. “Mi respuesta a esta exclusión que sufrimos muchas mujeres por ser madres en un medio tan demandante como la publicidad y la producción, fue generar mi propios proyectos. Puse mi agencia y esto me permitió tener más tiempo con mi hijo –que además requería, en ese tiempo, que estuviera disponible para él debido a una condición física, aunque no grave, sí delicada–. Entonces decidí cambiar de giro y me enfoqué en la producción de eventos corporativos”.
Al día de hoy, Mart continúa con este proyecto emprendedor, pero ha sumado un segundo, que nació como respuesta a la falta de librerías especializadas para niños. “En 2013 nos enfrentamos mi hijo, yo y mi entonces esposo, a la poca oferta de literatura infantil, a nulas recomendaciones y poco conocimiento por parte de los encargados de las librerías grandes, así que decidí cubrir ese hueco creando mi propia librería”.
Y aquí empieza la fascinante historia de Libronautas, un proyecto que nos tiene enamoradas – como mamás de niños pequeños que somos– y que cada día gana más adeptos. Conozcamos la travesía de Mart a través de las literatura.
¿Qué es Libronautas?
Es una librería especializada en literatura infantil y juvenil que empezó a finales de 2014 de manera itinerante y virtual. Era itinerante porque, al no contar con tienda física, yo iba a bazares de mamás, escuelas y parques. Empezamos con 20 libros y ahora distribuimos títulos de 26 editoriales. Tenemos nuestra página web que, en realidad, funciona más como un catálogo, porque el 90% de las ventas son vía WhatsApp. Ahora también tenemos una pequeña selección para adultos, porque las mamás también nos piden para ellas.
¿Cómo nació?
Mi inspiración y mi motivo fue mi hijo Rodrigo. Desde que era un bebé de brazos, su papá y yo procurábamos leerle cada noche. Siempre nos gustó leer porque mi mamá es maestra y queríamos inculcarle la lectura. Sin embargo, al ir a las librerías grandes, solamente encontrábamos pilas de libros y niños sentados en el piso, pero al preguntar por un tema, autor o algo especial, nadie nos decía nada y no sabían qué recomendarte. Mi experiencia de compra no fue la mejor, por eso dije: si esto no existe en México, lo voy a hacer yo. Mi ex esposo y yo empezamos a hacer lluvia de ideas y así surgió Libronautas.
Al inicio éramos muy chiquitos y solo teníamos un distribuidor, que ni siquiera era editorial. Los descuentos que nos hacía eran mínimos, así que el margen de ganancia era poco. La verdad no me importaba mucho porque no vivía de Libronautas, solo era un hobbie, yo tenía mi trabajo de producción de eventos. Al principio solo teníamos unos 20 libros y cuando hacíamos ferias nos acercabamos a ese distribuidor y teníamos que invertir.

¿Cuándo decidiste que Libronautas fuera negocio, más allá del pasatiempo?
La pandemia detonó todo. En marzo de 2020, cuando ‘nos encerraron’, me empezaron a hablar los clientes de mi agencia, de donde recibía mis ingresos reales, para cancelar los eventos que ya tenían programados conmigo; incluso los de diciembre. Entré en pánico. Además, el papá de mi hijo se había quedado sin trabajo. “¿De qué voy a vivir?”, pensé. En ese tiempo ya estábamos divorciados y nunca le he pedido nada. Después del “¿qué vamos a hacer?”, ví en Libronautas la opción. Si íbamos a estar encerrados indefinidamente, en algo tenían que entretenerse las mamás y los niños. Así fue como empecé a tocar puertas, porque continuaba con un único distribuidor. Pienso que las crisis son una oportunidad para innovar, no un impedimento.
Libronautas solo tenía Facebook e Instagram para esos días. Fui a las casas editoriales para pedirles sus libros a consignación, pero me empezaron a pedir referencias editoriales, las cuales, por supuesto, ¡no tenía! Les decía: “tengo clientes, proveedores de catering, por mi agencia de eventos, por ejemplo, pero no tengo editoriales”. ¿Cómo se empieza, entonces? ¡Alguien te tiene que dar el voto de confianza y darte los libros! Nirvana, Urano y Cidcli confiaron en mí y, gracias a ellos, empezaron a caer más editoriales. Ese fue el boom de Libronautas.
Libronautas empezó siendo nada. Lo hice porque me gustan los libros, la literatura infantil, pero jamás le tiré a vivir de esto.
¿Libronautas ha superado tus expectativas?
Sí. Y no pensé que fuera tan rápido. Algo que nos catapultó fue operar la Feria del libro virtual del Colegio Americano (The American School Foundation), en noviembre de 2020. Una clienta me buscó para contarme que en este colegio hacían una feria anualmente y que le interesaba que yo la hiciera. Me invitó a participar en la licitación, donde también estaba Gandhi, y Libronautas ganó. Yo creo que ganamos por el servicio y calidez que podríamos ofrecer. A partir de eso creamos la tienda en línea y entonces las editoriales nos empezaron a buscar. Siempre voy a estar agradecida con el Colegio Americano.
Ahora te puedo decir que hemos triplicado nuestro inventario en seis meses. Hoy tenemos 900 títulos publicados en nuestra tienda en línea, todos seleccionados específicamente para nuestro mercado infantil-juvenil y algunos libros sobre temas de crianza.
¿Qué hace diferente a Libronautas del resto de librerías?
La curaduría de nuestros títulos. Hacemos una selección muy detallada y no manejamos licencias. Recomendamos un libro porque creemos en él; en los valores que transmite, en el vocabulario que les puede ofrecer a los niños, en sus ilustraciones, en sus acabados. También creemos en sus autores.
Y la otra cosa que nos hace diferentes es el servicio. Yo les recomiendo personalmente los libros dependiendo de las necesidades o gustos de los pequeños. Y tenemos mesa de regalos. Si un niño cumple años, le mandamos el libro en una hora.
Desde muy niña me encantaba leer. Mi mamá era maestra de preescolar y recuerdo los mejores momentos con ella y mi hermano leyendo antes de dormir. Aún puedo visualizar algunos cuentos que leíamos juntos y que marcaron mi niñez con historias y personajes increíbles.
¿Cómo es un día en la vida de Mart?
Es una locura. A veces pienso que necesito más horas. Me levanto a las 6:30 am, despierto a mi hijo que se conecta a las 7:10 am a sus clases. Luego empiezo a organizar la casa. A las 8 am saco a pasear a mi perro. Luego doy de desayunar en forma, me baño, me arreglo y empiezo mi día laboral, entre Libronautas y mi agencia de eventos.
A pesar de que Libronautas solo tiene libros de 26 editoriales, la operación es demandante; hay mucha talacha atrás. También recibo a las editoriales cuando hago pedidos y hago recomendaciones a mis clientes vía WhatsApp. De hecho, casi el 90% de las ventas es a través de whatsapp. Me encanta atender a la gente y, además, sigo siendo mamá y ama de casa, así que voy corriendo de un negocio a otro.
¿Cómo logras tener un balance entre tu vida personal y tus empresas?
Me ha costado lograrlo porque los libros son muy demandantes. Mis clientes que ya me ubican, a veces me piden recomendaciones a las 10 pm ¡y yo les contesto! Mi hijo es quien me pone esos límites necesarios. A veces estamos viendo una película y me llega un mensaje y pienso: “no me cuesta nada contestar”. Ha sido complicado porque, además, los libros están en mi casa. O es domingo y estamos por salir a comer cuando me piden un libro. Estoy intentando poner un límite y no contestar después de las 8 pm. Me está ayudando una amiga, cada quince días, pero aún mi margen de ganancia no es suficiente, así que no puedo contratar y crecer a mi equipo.
Entonces, ¿todavía no es negocio Libronautas?
Va camino a ello. Si no tuviera mi agencia de eventos no podría vivir solo de los libros. Pero como amo y creo en el proyecto, sé que muy pronto se convertirá en negocio. Mi sueño es poner una librería física. Mientras tanto, amo lo que hago, amo a mis clientes. Ahora estamos empezando con el tema de autores, a quienes les estamos dando voz, y también publicaremos contenidos para nuestros clientes, porque no solo queremos vender libros.
Más a futuro quisiera crear Fundación Libronautas y que llegue a todos los rincones de nuestro país para que cada niño mexicano pueda tener un libro en sus manos.
Mart Castillo pasó de clienta insatisfecha a emprendedora visionaria. Quien la conoce, la ama de inmediato (el cariño que siente por sus clientes es mutuo, ya lo creo). Esa pasión y no conformarse con lo que hay, la tiene hoy en una aventura que está subiendo como la espuma. “Siempre es muy válido quejarte. Si algo no te funciona, levanta la voz y mejóralo si es posible. Por otro lado, estoy convencida que una niña o niño lector se forma en el regazo de los padres”.
Para cerrar la charla, Mart nos dice que en un año Libronautas se ha convertido en un referente de Literatura infantil y juvenil con la mejor curaduría en selección de títulos y con el más alto estándar de calidad en servicio. Vale la pena que lo comprueben por ustedes mismas.
Libronautas opera a través de su tienda en línea, pero puedes visitar su showroom con previa cita y solo una familia por día. www.libronautas.com.mx

Tres escritores de Literatura infantil que admira Mart Castillo
Jimmy Liao. Sus ilustraciones son espectaculares, te transportan, viajas; sus textos son una delicia, una caricia. Nostálgico, suave. Es mi autor favorito sin duda, me identifico con muchos de sus libros.
Oliver Jeffers. Me recuerda los inicios de Libronautas y son los primeros libros que compramos para Rodrigo. Los temas de sus títulos (amistad, valor, lealtad, duelo, etc.) los maneja de una manera maravillosa, con pocos textos y contundentes. Sus ilustraciones y personajes se vuelven entrañables.
Juan Gedovius. Mi autor e ilustrador mexicano favorito. ¡No hay monstruos y criaturas extrañas mejor creadas que las de Gedovius.