Por Carla Pérez Martínez. Doctora en Psicología Perinatal e Infantil en @psicologiaconbebes
Puede parecerte que después del nacimiento de tu bebé tu deseo sexual haya prácticamente desaparecido. No te angusties, no eres la única en experimentarlo –y seguramente será transitorio–. Y es que la maternidad es una transición física, psicológica y social, y la sexualidad es parte de este proceso.
¿Por qué mi deseo sexual disminuyó?
En esta etapa, tu sexualidad puede estar influida por varios factores, entre ellos, los cambios hormonales. Por ejemplo, la prolactina, necesaria para la producción de la leche materna, disminuye el deseo sexual en la mujer y reduce la lubricación vaginal. Es como si tu propio cuerpo priorizara la supervivencia de tu bebé centrando tus energías en su cuidado.
Además, la recuperación de tu cuerpo de posibles episiotomías, desgarres o cesárea, así como la adaptación a la nueva imagen corporal que adoptamos después del embarazo, son aspectos que necesitan tiempo y paciencia para volver a sentirnos cómodas con nosotras mismas.
En las consultas de psicología perinatal, suelo escuchar las historias de parto/nacimiento, algunas muy positivas, llenas de cuidados, amor y respeto; otras, con experiencias de violencia obstétrica. Estas vivencias, así como antecedentes de abusos sexuales y la insatisfacción con la propia imagen corporal, pueden reactivar dificultades a la hora de reiniciar la actividad sexual.
El agotamiento físico, así como la falta de conexión y satisfacción con la pareja pueden incidir en nuestro deseo sexual. Cuando sentimos que la pareja no está haciendo equipo con nosotras para la crianza y el trabajo reproductivo, podemos sentir enojo e incluso sensación de injusticia. Por eso es importante que hablen sobre:
- Cómo se organizarán para que ambos puedan descansar.
- Lo que les asusta, incomoda o enoja de la nueva dinámica familiar.
- La creación de una red de apoyo de familiares, amistades y profesionales (psicóloga perinatal, doula, asesora de lactancia, pediatra, ginecóloga, etc.).
¿Cuándo es seguro retomar la actividad sexual?
De acuerdo con Mayo Clinic, se recomienda esperar de cuatro a seis semanas después del nacimiento de tu bebé. Esto dependerá de cada caso y será tu médico quien dé luz verde después de revisar tu recuperación física.
Recuerda que cada mujer tiene sus propios ritmos y no hay prisa por volver a sentir el deseo sexual. Lo más recomendable es retomar la actividad sexual cuando te sientas bien física y emocionalmente. De hecho, un estudio realizado con madres en el postparto, encontró que el 51% de las mujeres continuaba sin deseo sexual a los 12 meses después del nacimiento de su bebé. Además, el 89% reportó pérdida de interés en el sexo, dolor durante las relaciones sexuales y falta de lubricación.
¿Qué puedo hacer?
Es posible retomar tu vida sexual poco a poco, cuando te sientas preparada. La sexualidad va mucho más allá del coito, explora nuevas formas de vivir tu sexualidad y de conectar con tu pareja: masajes, caricias, dormir abrazados, cenas románticas, bailar, hacer deporte, etc. Encuentren actividades que sean divertidas para los dos.
El uso de lubricantes también está recomendado, así como el fortalecimiento del tono muscular de la zona pélvica como los ejercicios de Kegel o hipopresivos. Es necesario que, una vez reiniciado el coito, utilicen algún método anticonceptivo –que sea compatible con la lactancia–, ya que existe la posibilidad de un nuevo embarazo en esta etapa.
Es importante mantener una comunicación fluida con tu pareja, compartir cómo te sientes y buscar juntos alternativas para mantener la intimidad. El objetivo no es aumentar la actividad sexual, sino mantener la satisfacción en la relación de pareja, es decir, sentirse contentos con la nueva dinámica familiar.
No te presiones por reiniciar tu vida sexual. Cada mujer tiene sus propios procesos. La comunicación y la comprensión son necesarias en esta etapa.
Si además de la pérdida del deseo sexual presentas cambios de humor repentinos, dificultad para disfrutar actividades que antes eran placenteras, cambios en el apetito, dificultades del sueño, cansancio excesivo o desesperanza, es necesario que busques atención psicológica perinatal, pues puedes tener depresión postparto. Recuerda que todos los síntomas son tratables, con la atención profesional adecuada.