Maternidad
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Mamás 2022: relatos de crianza y amor

Por Mamarama

Criamos en un mundo que pareciera que todo va muy deprisa, además de los tiempos complicados que hemos pasado con la pandemia. Criamos con amor y con los recursos que  vamos adquiriendo en el día a día. Criamos –algunas– con una red de apoyo poderosa. Criamos inmersas en una sociedad y empresas, muchas veces, poco empáticas con nuestras necesidades. Criamos el presente que ya empieza a dibujar el futuro. Criamos como mejor lo sabemos hacer. Y así crían estas 4 mamás que nos comparten sus historias ¿Cómo estás criando tú?

Alejandra Sánchez Río de la Loza, 42 años, mamá de Emiliano, de 1 año y un mes.

Sobre ser mamá

Es una gran bendición que como mujer, a través de mi cuerpo, pueda ser testigo del milagro de la vida. Es una de las experiencias más maravillosas que me ha pasado. No tengo muchas palabras para expresarlo, pero está llena de muchas satisfacciones. Claro que tiene su trabajo y su esfuerzo, pero es una gran experiencia para mí. 

Rutina

Nos despertamos a las 7 am. Me baño y cambio a mi hijo, preparo el desayuno, desayunamos juntos, jugamos en su tapete y luego dedico unas horas para enfocarme en cosas del trabajo. En ese tiempo mi mamá me apoya con Emiliano. Luego vuelvo con él para jugar o salir a caminar por la colonia. Comemos juntos y en la tarde toma su siesta. Después jugamos otro rato, lo baño y viene la rutina de sueño. A las 8:30 ya está dormido. Seguimos con lactancia materna, aunque en el día ya son menos tomas de leche. En la noche, todavía se despierta y hay tomas nocturnas.

Retos

Todavía no habla y eso de pronto es complicado (aunque ya lo conozco más y sé por qué llora). Ahora también quiere soltarse para caminar y explorar, entonces  a veces se cae. Esos son mis más grandes retos, que todavía no se pueda explicar y “estar a las vivas” para que no le pase nada si se cae. 

Alegrías

Verlo crecer, ver que ya gatea, que ya se para, que ya camina sosteniéndose; ver como va poco a poco creciendo, ver que lo que has hecho como mamá esté rindiendo frutos, que ahorita ya empiece con su ocurrencias, que haga “ojitos”, caras y caras es maravilloso. Mi hijo ya es “más personita”, y esa es la parte más divertida. 

¿Cambiarías algo de tu maternidad?

Siempre hubo gente que me dijo que debería confiar en mi instinto, pero me costó trabajo aceptarlo. Al principio es normal tener dudas, pero hoy que ha pasado el tiempo digo: “claro, el instinto hace que sepas hacer las cosas”. Creo que cambiaría haber vivido sin tanto temor. Hoy que miro hacia atrás digo: “lo pudiste hacer y no tenías por qué estar angustiada”. Me hubiera gustado no estar tan aprehensiva y confiar en mí, sobre todo el primer mes, que fue el más complicado. 


Judit Pinzón Navarro, 39 años, mamá de Clara, de 4 años y de Eva, de año y medio.

Ser mamá

Es volverte ¡una mujer con superpoderes! Así se logra hasta lo imposible para asegurar la felicidad y el bienestar de mis hijas, al mismo tiempo que trato de ser exitosa en mi trabajo, una buena esposa, amiga, hermana, hija… También ser mamá significa para mí aspirar a ser como MI mamá.

Rutina

Trabajo desde casa por las mañanas, lo que me permite estar muy presente y no perderme nada de su día a día, desde que nacieron. Por las tardes me desconecto del trabajo y dedico mi tiempo a estar con ellas y disfrutarlas en sus actividades, como natación, estimulación, etcétera). La rutina con cada una aún es distinta, por la diferencia de edad, aunque, poco a poco, se van emparejando en algunas cosas. 

Retos

Con la pequeña estoy en la etapa del “no” y los sentimientos a flor de piel. Con la mayor, establecer límites y el manejo de berrinches.

Alegrías

A cualquier edad, jugar, conectar con ellas y reír juntas es lo que más alegría me da, siempre. 

¿Cambiarías algo de tu maternidad? 

Exigirme tanto, el sentimiento de culpa (que toda mamá conoce), dedicar poco tiempo para mí… Son cosas en las que ahora trabajo para mi bienestar.


Katya Bonilla López, 45 años, mamá de Tábatha, de 8. 

Sobre ser mamá

La palabra mamá para mi es amor, luego pureza, felicidad, muchas responsabilidades, mucho aprendizaje. Todas estas palabras las englobo en lo más maravilloso de mi vida. Y esta experiencia la disfruto día a día. Recalco la palabra amor porque yo ya conocí el amor de mis padres, de mi pareja, de mis amigos, de mi familia, pero cuando llegó Tábatha fue un amor que llegó a iluminar mi vida. Ser mamá es conocer el amor. 

Rutina

La despierto con un beso, caricia o palabras lindas. Le abro la llave del baño para que se apure. En este tiempo yo preparo desayuno y lunch. Desayunamos, la peino y platicamos. Ella es súper platicadora, habla todo el tiempo. En el camino a la escuela pongo música en el coche, vamos cantando. Nos da tiempo de escuchar una o dos canciones. La dejo y yo me voy al trabajo. A la salida la recojo yo, a veces mi papá. Tábatha siempre sale con una sonrisa que de nuevo me ilumina el día.  Llegamos a la casa y toma por la tarde clases en un club, así que se cambia rápido, pone la mesas, comemos y, a esa hora yo le pregunto qué fue lo más bonito que le pasó en el día y qué fue lo que menos le gustó. Con estas preguntas, yo puedo percibir mucho de ella. Las mejores cosas que le pasan en el día son actividades con sus amigos. En el club lleva natación, gimnasia, tae kwon do, y a las 7 pm la recoge su papá. Casi todos llegamos a casa al mismo tiempo, nos damos un descanso, checamos tarea si le hace falta, cenamos y empezamos a organizar todo para el siguiente día. A veces jugamos un poco. La duerme su papá.

Retos

En su paso de preescolar a primaria nos enfrentamos a un gran reto del que salió bien librada. Para inscribirse en la escuela primaria donde actualmente va –a la cual quería entrar porque tenía amiguitos y necesitaba un cambio de sistema–, tuvo que aprender a leer y escribir, porque en el kínder donde iba tenía un método más de juego y no se lo enseñaron. Tenía 15 días para lograrlo y se aplicó en repasar. Siento que le exigí de más, pero ello lo logró, y eso a ambas nos dio mucha felicidad. Me gusta mucho ver que mi hija, desde chiquita, tiene muy claras sus metas. Fue un trabajo en equipo que me habla de una mujer con ganas, lo cual me enorgullece. Siento que desde pequeña ya toma sus propias decisiones, se forja metas y las cumple. Otra dificultad fue a nivel de salud, pues empezó con dolores de cabeza muy fuertes que no cedían con paracetamol. Su pediatra primero le pidió una tomografía y muchos estudios que sí le hicimos y todo salió muy bien. Sin embargo, los doctores vieron algo raro y sugirieron una resonancia magnética. Se la hicimos porque los cuadros de dolor seguían. Fue un proceso muy difícil para llegar al día del estudio, además del estrés de no tener un diagnóstico. Con los estudios descartaron cualquier posibilidad y se quedaron con el diagnóstico de migraña. Ya han empezado a ceder los dolores de cabeza y todo marcha bien.

Alegrías

Soy muy feliz de que ella sea completamente feliz cuando juega con sus amigos; por eso siempre tratamos de hacerle cumpleaños y piñata, porque es cuando más se divierte. Le gustan los juegos extremos. Por ejemplo, si vamos de viaje pide toboganes y le gustan los puentes colgantes. También le gusta hacer cosas bonitas y buenas para los demás.

¿Cambiarías algo de tu maternidad?

Nada. En algún momento pensé que debí haber tenido a mi hija más joven, pues me cansaba mucho en la etapa donde no puedes dejarlos de ver ni un segundo, pero solo fue una etapa, y ya pasó. No cambiaría nada.


Veronica Molina Domínguez, 48 años, mamá de Paolo, de 15.

Ser mamá

Es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero también es el reto más grande e importante.

Rutina

Paolo va a la escuela toda la mañana y en las tardes hace deporte. Yo trabajo, así que es en la noche cuando nos vemos y podemos convivir mientras cenamos.

Retos

A esta edad, el reto es que tenga confianza para platicarme TODO, incluso si la riega. Otro desafío es que sepa elegir siempre el mejor camino, las mejores amistades y hacerle entender que una mala decisión traerá consecuencias.

Alegrías 

Ver que disfruta mucho la vida a pesar de lo que pueda pasar, tiene muchos amigos y eso lo hace muy feliz. Mi alegría es que sea un niño sano.

¿Cambiarías algo de tu maternidad?

Sí, poder poner más límites porque me cuesta trabajo hacerlo.

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